jueves, 13 de diciembre de 2007

IV.- Informe político del conflicto del Cobre


La distribución del ingreso en Chile es escandalosa. Como una triste paradoja de la historia económica, política y social de Chile, esta mala distribución del ingreso se presenta como una tendencia maldita en la principal riqueza básica del país, debido a la ‘Desnacionalización del Cobre’ que se nacionalizó durante el Gobierno de Allende. La desnacionalización se inicia en Dictadura y se profundiza durante los gobiernos de la Concertación. CODELCO que producía el 95% del cobre chileno, actualmente produce sólo alrededor del 30%.



El fraccionamiento de los procesos de trabajo en empresas contratistas y subcontratistas ha sido un proceso paralelo a la desnacionalización del cobre. Con la desnacionalización, las empresas extranjeras se apropian de la principal riqueza básica del país: y con las empresas contratistas y subcontratistas, se apropian de parte importante de los salarios que corresponden a los trabajadores de estas empresas. Las reivindicaciones de los trabajadores, representan un porcentaje mínimo de los excedentes de CODELCO; y las grandes ganancias en la minería del cobre, incluyendo las de CODELCO, se debe en parte a los bajos salarios y a otros aspectos del trabajo precario.



En el proceso de desnacionalización del cobre, el capital extranjero ha actuado con complicidad de las organizaciones políticas y empresariales chilenas. Estos promovieron los procesos de flexibilidad laboral y los procesos de fraccionamiento en empresas contratistas y subcontratistas. Muchos políticos participan en la propiedad de estas empresas que trabajan para las grandes empresas mineras.



Estos dos procesos, -la desnacionalización y la división de los trabajadores- han sido posibles, en primer lugar por la destrucción de las organizaciones sindicales y por el posterior debilitamiento de ellas, como resultado de las leyes en contra de la sindicalización.
En la empresa estatal del cobre, -CODELCO-, el gobierno chileno ha sido muy activo en promover el trabajo precario, disminuyendo la ocupación de los trabajadores de planta, reemplazando esos trabajadores por trabajo precario de las empresas contratistas. Algunas cifras: La dotación total de trabajadores de planta en CODELCO, disminuyó desde más de 28 mil trabajadores en 1980, a cerca de 18 mil trabajadores en 2006. Es decir, CODELCO expulsó 10.500 trabajadores de planta., una disminución de 37% en relación a la ocupación que las empresas nacionalizadas tenían en 1980.



Paralelo a la disminución de los trabajadores de planta, se incrementa el número de trabajadores de las empresas contratistas que trabajan para CODELCO. En 1989, las estadísticas de CODELCO señalan que, además de los trabajadores de planta, existían sólo 1.371 trabajadores con contrato a plazo fijo en CODELCO, una forma inicial de flexibilidad laboral.
La información estadística es categórica: Los trabajadores subcontratados de CODELCO son un “éxito exclusivo” de los gobiernos de la Concertación, y en particular del Gobierno de Lagos.
Reconstitución de la CTC.



Por constituir la mayoría de los trabajadores de CODELCO y también en las grandes empresas privadas de la minería, en el “Congreso de Machalí’ del 8 de junio último, estos trabajadores resolvieron denominar como ‘Confederacion de Trabajadores del Cobre’ a su organización nacional que agrupa a 80.000 trabajadores de las empresas contratistas de CODELCO y de las empresas privadas del cobre.



Los trabajadores de las empresas contratistas y subcontratistas tienen remuneraciones que son sólo un 25% o menos, de las remuneraciones que por trabajos similares obtienen los trabajadores de planta. Las remuneraciones promedio mensuales de estos trabajadores se estiman en $250.000. Muchos de ellos trabajan por el salario mínimo.



Estas diferencias con los trabajadores de planta también se presentan en las actividades relacionadas con el trabajo: jornadas de trabajo, transporte, salud, seguridad y otras. El impacto de estas desigualdades que se viven en las regiones son ampliamente conocidas y tienen fuerte impacto en las convivencias de las familias, de los hijos de los trabajadores de primera, de segunda y de tercera clase, rompiendo lazos y relaciones en las familias y en el tejido social de las ciudades y de los pueblos de las regiones mineras.
Elementos políticos del conflicto:



Los actores principales en el conflicto de CODELCO, fueron los trabajadores organizados en torno a la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), los ejecutivos de la empresa estatal, que por su carácter dependen del Gobierno y en última instancia del Estado.
Lo que caracteriza un conflicto político, es su confrontación con el aparato del Estado. Cuando los trabajadores demandan mejoras salariales, mejor trato laboral, reivindicaciones varias a su empleador... es un conflicto económico. Pero cuando los trabajadores organizados en la CTC, desde el inicio, determinan negociar colectivamente a pesar de que la ley establece la prohibición de hacerlo... chocan frontalmente con el ordenamiento jurídico vigente; transformando por ese solo echo, el conflicto, en un conflicto político!



De esta manera la huelga en CODELCO apuntó al núcleo central del sistema laboral neoliberal, es decir al sistema de subcontrataciones. Elemento legal que determina el fraccionamiento de los trabajadores y el abaratamiento de la mano de obra con la excusa de mejorar la competitividad del precio del cobre; pero lo que genera en definitiva son trabajadores de primera y segunda categoría.



Esta empresa, una de las más grandes del mundo de su rubro, para ser competitiva –según el Gobierno-, debe ser administrada según los cánones más sagrados del capitalismo global. La externalización de algunas de sus faenas y de prácticamente todos los servicios, es una de esas reglas. Tal normativa ha dado lugar, entre los privados, a una escalada de abusos y malas prácticas empresariales que CODELCO ha replicado en el ámbito público, en circunstancias de que, como dijo el obispo Goic, el Estado debiera dar el ejemplo contrario.



Otro efecto fue el desborde de los diques de contención de la ley laboral, que impide la negociación colectiva interempresas. Ya en Forestal Arauco se torció la voluntad del legislador y para la minería privada se preanuncia una estrategia similar. Es la respuesta de los trabajadores a una normativa perversa, que quita fuerza a la negociación colectiva, y contraviene las normas de la OIT que Chile ha hecho suyas. También lo es a los subterfugios de las empresas de dividirse en numerosas personerías jurídicas para atomizar a sus trabajadores.



La ley de subcontratación ha sufrido un duro embate y tendrá que adecuarse a su vez a las nuevas exigencias. El Consejo Minero (los privados), dice que tendrá cuidado de no caer en lo mismo que CODELCO, -que negoció con los trabajadores de “empresas colaboradoras”, contraviniendo incluso la ley (de subcontratación)-. A estas alturas el problema se les ha escapado de las manos a las empresas privadas y públicas, cúpulas patronales, Gobierno, oposición y partidos. El problema es nacional, porque afecta a los sectores estratégicos de la economía, aquellos en que el país tiene presencia en los mercados mundiales: cobre, forestal, salmones, retail.



Los trabajadores la tenían clara desde el principio, por ello se prepararon para enfrentar el conflicto en términos políticos. Su estructura organizacional fue básicamente sindical, pero sus movilizaciones y presiones, apuntaron a la clase política y al Gobierno. Interpelaron a la Presidenta, desde la figura de Allende y la nacionalización del cobre; y el amplio movimiento de solidaridad con sus luchas, impidió que criminalizaran el movimiento y lo taparan mediáticamente.



Algunas conclusiones:
La exitosa huelga de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) en CODELCO, generó un cambio significativo a nivel de los trabajadores, de la Iglesia, de los empresarios, en los medios de comunicación y a nivel político nacional.



A. La huelga y el impacto en los trabajadores en Chile.
1. En la práctica cuestionó la Ley de Subcontratación, obligando al gigante estatal, a negociar colectivamente. La derecha tiene razón al gritar a los cuatro vientos, que se puso en cuestión el orden social vigente!
2. Generó un gran crecimiento del número de trabajadores afiliados a los sindicatos y un gran incremento del número de sindicatos afiliados a la CTC. En las empresas privadas mineras se generó un fenómeno parecido que se constató en la reciente reunión de la CTC en Antofagasta. En la práctica, generó un incremento de la organización de los trabajadores, en particular, de los trabajadores contratistas.
3. Puso en evidencia la desigual distribución del ingreso entre las ganancias de las empresas y los salarios de los trabajadores, especialmente, en las empresas de los sectores exportadores. Y también las grandes diferencias de los salarios de trabajadores de planta y contratistas, en términos generales y en particular, entre trabajos iguales.
4. Reveló a la sociedad chilena que la contratación y la subcontratación se ha aplicado con mucha profundidad y se ha generalizado en Chile, en la mayoría de los sectores económicos, constituyéndose en la principal forma de trabajo asalariado.
5. Que el sistema de empresas contratistas y subcontratistas ha sido usado para bajar costos para aumentar la competitividad, en base a un crecimiento de la explotación de los trabajadores, a tal nivel que ha generalizando el trabajo precario.
6. El movimiento obrero que dio origen a la CTC, está formado por trabajadores y dirigentes jóvenes, con niveles relativamente elevados de calificación. Ellos enfrentaron a uno de los núcleos del modelo neoliberal: la legislación antilaboral y el sistema de subcontratación.
7. La joven dirigencia de la CTC se enfrentó con el núcleo más duro del neoliberalismo del gobierno de Bachelet, encabezados por los ministros neoliberales, tecnócratas y autoritarios del Ministerio de Hacienda, del de Minería y de la Presidencia Ejecutiva de Codelco, que dirigieron desde sus oficinas a los negociadores de Codelco y la campaña sucia para quebrar la Confederación.
8. El movimiento contó con la simpatía de los trabajadores chilenos. Recibió la solidaridad de organizaciones sociales y sindicales. Excepto, de los dirigentes nacionales de los trabajadores de planta, agrupados en la Federación de Trabajadores del Cobre. Recibió el apoyo de algunos dirigentes políticos y de algunos parlamentarios. Asimismo, recibió el permanente apoyo de la CUT.



B. La huelga y las reacciones de las organizaciones empresariales, de académicos y de los medios de comunicación.
1. Las organizaciones empresariales critican abiertamente el que se haya aceptado que los trabajadores de las miles de empresas contratistas de Codelco, hayan negociado directamente con la empresa mandante, debilitando el orden laboral impuesto.
2. El Mercurio del 12 de agosto, destaca la creación del ‘Comité de Grandes Empresas de la Minería Privada’, particularmente extranjeras. Y, agrega que: “Las grandes empresas se preparan para enfrentar el mal clima que generó el conflicto de Codelco con sus contratistas”.
3. En la campaña para privatizar Codelco, concentran con mala intención y abultando las cifras, el incremento de los salarios y el aumento de los costos salariales en Codelco. “Olvidan” olímpicamente, que esta sólo controla el 30% de la producción y entrega al Estado chileno recursos más de tres veces superiores de lo que entregan las empresas privadas, que controlan el 70% de la producción de cobre en Chile.
4. A estos académicos yanaconas y empresarios, el movimiento de los trabajadores les ha recordado que no sólo somos ‘Copropietarios de Codelco’, sino que somos ‘Copropietarios de todos los yacimientos mineros’, que han sido expropiados inconstitucionalmente por las empresas extranjeras, con el apoyo de los gobierno de la Concertación.
5. Gracias al triunfo de la histórica huelga de la Confederación de Trabajadores del Cobre en Codelco, se han puesto de nuevo en discusión, algunos de los principales problemas de la historia y de la situación reciente de la economía, de la sociedad y de la política en Chile.

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